A partir del análisis de los mecanismos
de la mente para aprender, cómo se relacionan los agentes que participan en el
proceso además del rol que ocupan y donde reside el aprendizaje, han ido
surgiendo diferentes teorías o paradigmas, siendo complejo dibujar una línea
divisoria clara entre estos paradigmas (Batista y Salzar, 2003). Será
importante a la hora de aplicar estas teorías a la docencia y al diseño
instruccional optar por una u otra, o incluso por una combinación de varias,
dependiendo del objetivo u objetivos finales, las edades de los estudiantes, la
interacción buscada o incluso la predisposición del docente a experimentar
nuevos roles.

Los principales paradigmas que se dan son:
Conductismo
Basado en la psicología conductista,
estudia la conducta del ser humano con la finalidad de tratar de predecirla y
por lo tanto modificarla a partir de la situación, la respuesta y el organismo.
A partir del esquema clásico de Paulov de
‘estímulo-respuesta’ en el que se fundamenta la psicología conductista, es
Skinner (Batista y Salzar, 2003; Skinner, y
Ardila, 1977) quien lo transformará en el esquema ‘operación-respuesta-estímulo’
añadiendo un nuevo comportamiento denominado conducta operante, dentro de una corriente actualizada, el
“neo-conductismo” (López, 2010).
Este paradigma conductista será adecuado
cuando se trata de adquirir conocimientos memorísticos mediante repetición, sin
garantizar que se asimile la nueva conducta buscada. La idea principal es que
el estudiante adquiera destrezas, hábitos o habilidades específicas. El
aprendizaje por lo tanto solo será aquel relacionado con la memorización y
comprensión, pero no se deja de lado la creatividad o generación de nueva
información relacionada.
El docente tendrá un rol activo diseñando
todo el proceso educativo basado en recompensas y/o castigos, y el estudiante
será el sujeto pasivo que trabajará a base de repetir las actividades
propuestas para memorizar y por lo tanto
repetir la conducta requerida por el docente. La relación entre docente y
estudiante es totalmente asimétrica, produciéndose el aprendizaje cuando hay un
cambio de conducta por parte del estudiante.
El docente a su vez aprueba las tareas,
observa, mide y evalúa directamente al estudiante. Esta evaluación se basa en
pruebas objetivas como cuestionarios y exámenes, el estudiante aprobará cuando
se observe en él un cambio de conducta que es el que se irá trabajando durante
el curso.
Cognitivismo
Basado en la psicología cognitiva incluye
aquellas teorías centradas en estudiar la mente humana, para entender cómo es
capaz de pensar y aprender. Existen posiciones enfrentadas de donde se surgió,
por un lado están pensadores como Piaget, Gagné, Bruner o Vigotsky en Europa, y
por otro lado Chomsky, Newell, Miller o Simón (Batista y Salzar, 2003; López,
2010; Teorías del aprendizaje, s.f.).
A diferencia del conductismo para el
cognitivismo, aunque el aprendizaje surge a partir de la experiencia, no lo
concibe solo como un traslado de la realidad a partir de la repetición, si no
como una representación de ésta. Estudiará cómo se adquieren estas
representaciones de la realidad, se almacenan y se recuperan de la memoria
(estructura cognitiva).
El aprendizaje desde esta visión
cognitivista será algo más que un cambio en el comportamiento, estudiando por
un lado cómo las personas filtran, organizan, categorizan, codifican y evalúan
la información que reciben y por otro la forma en que estos elementos o
esquemas mentales son empleados para interpretar la realidad, siendo esta
interpretación diferente para cada individuo, dada la complejidad de los
esquemas mentales e interacciones con la realidad del individuo, influido por
sus antecedentes, sus actitudes o sus motivaciones.
El docente se centra especialmente en la
confección y la organización de experiencias didácticas para logar que el
estudiante aprende a aprender y a pensar, debe cambiar su rol de protagonista. El
alumno pasa a ser un sujeto activo que procesa la información y posee las
competencias adecuadas para aprender y solucionar problemas, la interacción
entre estudiantes será básica en el proceso de aprendizaje permitiéndole
construir su propio conocimiento.
Habrá que insistir en la participación
del estudiante en su proceso de aprendizaje, favorecido por un ambiente creado
por el docente y que estimule la creación de conexiones del estudiante con el
material aprendido.
En cuanto a la evaluación se añaden
algunos cambios frente al modelo conductista, centrando el interés en los
propios procesos de aprendizaje frente a los resultados obtenidos, recogiendo
datos cualitativos frente a cuantitativos (cuestionarios y observación de
comportamientos, reflexiones e interacciones), relegando a un segundo puesto el
grado de consecución de los objetivos para dar mayor peso a las estrategias que
utiliza el estudiante para alcanzarlos.
Constructivismo
Esta teoría educativa está inspirada en
la psicología constructivista y afirma que para que se produzca aprendizaje el
sujeto deberá construir, o reconstruir, el conocimiento a través de la acción,
por lo que da por hecho que el aprendizaje no solo es aquello que se pueda
transmitir. Se centra especialmente en el estudiante (Teorías del aprendizaje, s.f).
La idea fundamental será, por lo tanto,
que el aprendizaje se construye, elaborando nuevos conocimientos a partir de
las enseñanzas anteriores. Este aprendizaje tendrá que ser activo, los
estudiantes deberán participar en las actividades.
Dentro de esta teoría sus principales
representantes distinguen como expresan la construcción del conocimiento en
función de si es el sujeto el que interactúa con el objeto del conocimiento (Piaget);
si se lo realiza con otros sujetos (Vigotsky) o si esta construcción es
significativa para el sujeto (Ausubel). Vuelven a surgir nombres como Piaget o
Vigotsky pues sus postulados se pueden ubicar también como vertientes del
cognitivismo (Batista y Salzar, 2003).
El rol del docente se modifica
drásticamente pasando a ser el de facilitador, moderador y coordinador, además
de integrar actividades dentro del proceso de aprendizaje. Deberá no solo
estimular si no también tener en cuenta la iniciativa y la autonomía del
estudiante, y fomentar la participación no solo a nivel individual sino también
del grupo.
El estudiante será quien construya sus
esquemas y estructuras, siendo el responsable de su proceso de aprendizaje,
sólo él puede realizar esta tarea ya que deberá relacionar la información nueva
con sus conocimientos previos, estableciendo así relaciones entre elementos
para construir el conocimiento, dando significado a las informaciones
recibidas, para ello será importante participar en las actividades propuestas,
enlazar no solo sus ideas sino también las de los demás, proponer soluciones,
preguntar, escuchar a compañeros y docentes, etc. Se pretende que la
interacción entre los estudiantes sea activa, constructiva, colaborativa,
cooperativa, intencional, conversacional, contextualizada y reflexiva.
La evaluación deberá ser de los propios
procesos de aprendizaje, teniendo en cuenta los aspectos cognitivos y afectivos
en los que se basa el proceso de construcción del aprendizaje del estudiante.
Se evaluará en qué grado los alumnos han construido interpretaciones
significativas y valiosas de los contenidos revisados. Sera importante también
la autoevaluación del alumno, aprender a autoevaluarse y por lo tanto evaluar
el proceso y el resultado de sus propios aprendizajes.
Conectivismo
Sus principales representantes son George
Siemens (Siemens, 2005) y Stephen Downes (Downes, 2006). A diferencia del resto
de teorías estudiadas que sitúan el aprendizaje dentro de la persona,
alcanzando el conocimiento a través del razonamiento y la experiencia, el
conectivismo hace referencia al aprendizaje que se da fuera de las personas,
aquel almacenado y manipulado por la tecnología (Teorías del aprendizaje, s.f)
El conectivismo es una teoría que surge
como necesidad de revisión y adaptación de las teorías tradicionales tras la
aparición de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) como
elemento predominante en la sociedad. El conductismo, constructivismo o
cognitivismo no pueden explicar los nuevos escenarios de aprendizaje debido a
que no tienen en cuenta las nuevas tecnologías que soportan el
aprendizaje (Siemens, 2005).
Aprovechando las
características que ofrece la web 2.0 o social se puede dar soporte a los
estudiantes según las teorías conectivistas a través de, por ejemplo, redes sociales
o cualquier otra herramienta en la red que permita en mayor o menor grado una
interacción y comunicación entre usuarios. Estos entornos permitirán un
intercambio de conocimiento en los grupos y
la creación de conexiones entre hechos y destrezas aprendidas que será
especialmente útil para estudiantes (Grunewald y
Meinel, 2015). Por lo tanto, la creación colectiva de
conocimiento y sus beneficios serán el núcleo de la filosofía de la web 2.0.
En esta teoría el aprendizaje se define
como el “proceso que ocurre en el interior de ambientes difusos de elementos
centrales cambiantes que no están por completo bajo el control del individuo” (Teorías del aprendizaje, s.f) aunque también se puede dar fuera de éste. El objetivo es
conectar la información con los individuos y entre ellos. El punto de partida
es el individuo y su conocimiento se compone de una red de la cual se nutren
organizaciones e instituciones que también aportan contenidos a esta red, y por
lo tanto un nuevo aprendizaje para el individuo, permitiéndole estar
actualizado en su área mediante estas conexiones creadas. De hecho, estas
conexiones tienen mayor importancia que el estado actual de conocimiento.
El conectivismo se basa en las siguientes
ideas (Teorías del aprendizaje, s.f; Downes, 2006): el conocimiento no se adquiere de forma lineal y
que puede residir en dispositivos, de tal manera que aquellas operaciones
cognitivas asociadas en las anteriores teorías a los estudiantes ahora las
pueden realizar las tecnologías, por ejemplo el almacenamiento de información y
su recuperación; interviene en la aprendizaje no solo la experiencia propia
sino también la ajena; el estudiante debe mantenerse constantemente actualizado
dada la cantidad de información disponible y que aparece de manera continua;
todo está conectado y por lo tanto lo más importante será reconocer los cambios
que se producen y adaptarse a éstos; aprendizaje y el conocimiento dependen de
las opiniones existentes en la red; la capacidad crítica de distinguir
información relevante frente a otra que no lo es y por lo tanto la toma de
decisiones será en sí misma un proceso de aprendizaje; al “saber cómo” y al
“saber qué” se añade el “saber dónde” encontrar la información.
Este paradigma subraya que para aprender es
necesario que el estudiante sea capaz de establecer conexiones o conectar nodos
entre las fuentes de información, dando lugar a patrones de información (Downes,
2006). Para que se dé un
aprendizaje continuo será necesario alimentar y mantener estas conexiones.
El docente deberá estimular a los
estudiantes para que sean los responsables de su aprendizaje creando conexiones
con otros, enseñarles a evaluar y validar la información que encuentran, dar
las pautas para organizar toda la información recolectada, mostrarles cómo
construir sus propias redes y guiarles
cuando encuentren dificultades.
El estudiante deberá tener la habilidad de ver conexiones entre
áreas, ideas y conceptos; ser capaz de mantener sus redes de aprendizaje,
utilizarlas para navegar y resolver los problemas que encuentren a su paso; y
ser capaz de generar un pensamiento crítico y reflexivo.
Para esto será imprescindible nuevamente,
al igual que se diera en el constructivismo, un papel muy activo del estudiante,
construye una auténtica red personal de aprendizaje.
El aprendizaje será más efectivo cuanto
mayor sea el número de conexiones entre estudiantes dentro de su red de
conocimiento.
Extraído y más información en mi tesis:
Técnicas y metodologías para el aprendizaje cooperativo y ubicuo en la construcción de comunidades virtuales mediante MOOC
Bibliografía:
Batista, J., y Salazar, L. (2003). Vigencia de los
enfoques conductista, cognitivista y constructivista en la enseñanza del
inglés. Encuentro Educacional, 10(3).
Downes, S. (2006). Learning networks and connective knowledge.
Collective intelligence and elearning, 20, 1-26.
Grunewald,
F., y Meinel, C. (2015). Implementation and Evaluation of Digital E-Lecture
Annotation in Learning Groups to Foster Active Learning. Learning Technologies,
IEEE Transactions on, 8(3), 286-298.
Lopez, N. A. V. (2010).
Estrategias de aprendizaje. Góndola, Enseñanza y Aprendizaje de las Ciencias.(Bogotá,
Colombia), 5(1), 27-37.
Siemens, G. (2005). “Connectivism: A learning theory for the
digital age,” International journal of instructional technology and
distance learning, vol. 2, pp. 3-10, 2005.
Skinner, B. F., y Ardila, R. (1977). Sobre el conductismo. Fontanella.
Teorías del aprendizaje
(s.f.). En wikispaces. [Fecha de consulta: 21 de febrero de 2016]. Disponible
desde Internet: http://teduca3.wikispaces.com/.