
Siento este título tan sensacionalista pero quería hacer hoy referencia a este “tipo de aprendizaje” del que tanto se habló en su tiempo y que personalmente creo que no tiene sentido a día de hoy (ahora lo justificaré).
Ayer mi jefe me preguntaba si podía hablar en un programa de radio sobre m-Learning y la verdad es que era un término que tenía prácticamente olvidado.
El aprendizaje móvil es aquel que se da a través de un dispositivo móvil (tablet, smartphone, smartwatch, gafas de realidad aumentada o por supuesto, un portátil), muchas veces se acaba asociando a todo aprendizaje fuera del aula con un móvil, olvidando todas aquellas aplicaciones que nos ofrecen un valor añadido a la docencia y que el alumno puede utilizar durante nuestra explicación.
Hoy en día y con la evolución técnica de los móviles y la forma constante en cómo los utilizamos, me atrevería a decir que se han convertido en una extensión de nuestro cuerpo, un miembro más; y la reducción del tamaño y peso de los portátiles, no le encuentro el sentido a distinguirlo como un aprendizaje específico, por el mero hecho de utilizar un móvil en lugar de nuestro ordenador de sobremesa, o estudiar en un autobús de camino a casa.
Es verdad que uno debería adaptar el contenido subido en función del dispositivo que lo vaya a mostrar, incluso adaptar el el diseño de la formación que se va a ofrecer. Pero la realidad es que existen pocas iniciativas centradas específicamente en el móvil y me refiero al diseño instructivo. Nadie niega que plataformas como Moodle, Miriada X, edX o Coursera adaptan su visualización a nuestro móvil, pero el contenido y el planteamiento del curso es el mismo que veremos en nuestro PC. Destaca en España una iniciativa del INTEF que si busca esa movilidad, es el caso de las EDUPILLS, muy recomendables por cierto.

Reflexionando en el término m-learning pienso que más que una metodología, a día de hoy, nos supone un medio para conseguir aplicar numerosas metodologías como:
- Gamificación
- Aprendizaje colaborativo y social, mediante el uso de redes sociales en el aula
- Realidad Aumentada
- Creación de contenidos
- Evaluación
- Aula Invertida
- MOOC
En concreto para la realidad aumentada, el uso de un dispositivo intermediario entre nosotros y el ambiente, al que se le superpone esa información, es indispensable… y qué mejor que un móvil o una tablet!!
Hoy en día a través de un dispositivo móvil podremos aprender desde cualquier lugar, adaptándose las aplicaciones de las principales iniciativas de formación a las limitaciones que nos ofrecen estos móviles.
Por ejemplo, Coursera o edX ya nos permiten descargar los vídeos para, siguiendo el modelo de Netflix o Spotify, poder verlos en cualquier momento sin necesidad de tener conexión o gastar nuestros tan preciados datos.
Solo nos falta que nos solucionen el problema de la batería 😉
Volviendo a su uso, como docentes, para obtener el máximo aprovechamiento dentro del aula, podemos apostar por utilizarlo para metodologías como gamificación, realidad aumentada o aprendizaje colaborativo.
En el caso de gamificación, se está generalizando en la Universidad el uso de Kahoot, una app que nos permite crear preguntas con respuestas que el alumno desde su móvil podrá responder en tiempo real. Este tipo de dinámicas nos permiten, al menos como yo lo utilizo (y pienso seguir haciendo), por un lado ver el nivel de conocimiento de nuestros estudiantes en un momento dado, pudiendo reforzar esos conceptos; y por otro lado crear un momento de desconexión en el aula que también es muy sano. Por cierto, para los amantes del Flip teaching o aula invertida, con Kahoot uno puede al principio de clase comprobar hasta que punto nuestros estudiantes han asimilado lo estudiando antes de venir a clase.
Para la realidad aumentada creo que iniciativas como la de David Fonseca en La Salle hablan por si solas. Aplicar la realidad aumentada para visualizar modelos complejos en 3D en el terreno y que puedan comprobar los propios estudiantes si su diseño ha sido adecuado o no me parece una aplicación increíble. Creo que este tipo de metodología tiene un sinfín de aplicaciones en casi todas las áreas del conocimiento. ¿Os imagináis que un estudiante de farmacia pueda, en asignaturas como botánica, durante sus prácticas de campo, obtener información superpuesta de cada planta a través del móvil con solo pasarlo por delante? ¿o estudiantes de electrónica que al pasar el móvil por un circuito físico le ofrezca información añadida sobre cada componente?
En cuanto al aprendizaje social, yo hay algo que siempre he querido hacer en una de mis clases y es trabajar con un backchannel (una pantalla que muestre en tiempo real cómo se va actualizando un determinado hashtag usado en Twitter), para que la clase se haga de manera colaborativa con las aportaciones de los estudiantes. Simulando lo que ocurre en los congresos donde encontramos información añadida mediante las aportaciones de los asistentes.
Reconozco que con este post me he arriesgado y estoy seguro que muchxs podréis aportar vuestra opinión, quizá algo alejada de la mía. Os invito a participar! 🙂