
Los días 10 y 11 de diciembre de 2020 tuvo lugar el Congreso Nodos para el conocimiento (https://nodos.org/) totalmente virtual y con el resultado de más de 1500 ponencias y 2200 inscritos. Un espacio perfecto para la comunicación, el debate y sobre todo donde aprender.
Dentro de este congreso envié una comunicación que fue aceptada con el nombre “Uso de Telegram como herramienta de comunicación en enseñanza superior” en la que compartí mi experiencia del curso pasado 2019-20 en la asignatura Introducción a la Programación del Grado en Ingeniería del Software de la Universidad Rey Juan Carlos
El trabajo fue el resultado de utilizar la plataforma de mensajería instantánea Telegram, en una asignatura introductoria de programación de primer curso con un total de 52 estudiantes.
Uno de los principales escollos que desde mis inicios como profesor he detectado ha sido la comunicación asíncrona con los estudiantes, pues fórmulas utilizadas hasta ahora como son el correo electrónico o los foros, no consiguen su finalidad. En el primer caso me he encontrado con estudiantes que ni lo han mirado durante toda la asignatura, siendo el medio oficial de comunicación con ellos, donde incluso se les hacen avisos relativos a la evaluación o cualquier cuestión relevante en el funcionamiento de la asignatura. Y ya no hablemos de los foros, los cuales son territorio prohibido para los estudiantes. Solo en aquellas asignaturas donde se valora, premia u obliga a usarlos consiguen algún efecto.
Permitidme un momento que sobre el tema de los foros me ponga del lado de los estudiantes, y esto tomadlo como una pequeña licencia personal en la que simplemente os doy mi punto de vista. Y es que para una generación, y me incluyo (aunque ya no sea tan joven), que está acostumbrada a una forma distinta de comunicación, los foros pasan a ser estructuras fijas y poco flexibles, nada cómodas para una conversación o comunicación fluida (aunque sea asíncrona). La idea y el fondo es genial, pero creo que hay alternativas para estas comunidades virtuales de aprendizaje como son las redes sociales. En estas, por ejemplo un grupo de Facebook, podemos ver los mensajes a medida que aparecen en un formato más cómodo y al que estamos más habituados. Permiten además organizar los contenidos mediante etiquetas (temas o hashtags) o recopilar las publicaciones en secciones concretas (unidades).
Una vez dicho esto, mi objetivo con este trabajo fue mejorar la comunicación, buscar un canal más fluido y cómodo, más afín al estudiante, que favoreciese una participación activa dentro de su propio aprendizaje y fomentase la colaboración con el resto de compañeros, participando e interactuando entre ellos y con el profesor de una manera más directa frente a medios tradicionales.
La solución fue Telegram, una plataforma de mensajería instantánea en la que poder plantear dudas y debates sobre la asignatura y en la que tanto los estudiantes como el profesor pudieran participar. Opté por Telegram y no por WhatsApp por dos motivos: el primero la privacidad que ofrece Telegram (no es necesario compartir con ellos tu número de teléfono, con un usuario es suficiente) y segunda es una forma de establecer un canal distinto al suyo habitual, para separar ocio de la parte académica. Para mi fue una forma de decirles “me adapto a ti y tu forma de comunicarte, pero déjame al menos poner también mis normas”.
Os dejo información más completa sobre la ponencia en el enlace al resumen donde vienen más de 20 comentarios muy interesantes:
Y aquí el vídeo:
Y la presentación: